Las autoridades rusas están restringiendo los derechos a la libertad de expresión dentro de su estrategia para contrarrestar lo que denominan influencia occidental”.
Nos encontramos con un país donde el Estado controla los medios de comunicación sin posibilidad de espacio para la información independiente. Aquí podemos observar un ejemplo de ello: la prohibición del uso de vocablo extranjero. Así, “todo queda en familia”.
Para quien haya visto la película “V de Vendetta”, nos hallamos ante una situación parecida, eso sí, como está en Rusia, país lejano a nosotros geográficamente, no pasa nada.
Se trata de un retroceso en toda regla y de un atentado contra la libertad de expresión y los derechos humanos en general, puesto que tienen lugar asesinatos de personas que no interesa que hablen, ni que se expresen. Tales son Stanislav Markelov (abogado) y Anna Politkovskaya y Anastasia Barburova (periodistas ambas), asesinados los tres porque se oían demasiado.
Todo ello rebota en la publicidad de un modo muy perjudicial. Las agencias, debido a estas restricciones, ven reducida la posibilidad de elaborar campañas más creativas y así mismo se les impide que salgan fuera de su territorio nacional, viéndose así su posibilidad de expansión y desarrollo imposibilitada.
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